Panamá
Julie, Taiba, Janaina y El Tapón del Darién
Nuestros periodistas dicen el editor: "caminaban con migrantes afganos mientras viajaban de América del Sur a los Estados Unidos".
- Virgilio Correa
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- - Actualizado: 23/5/2023 - 12:00 am
En la edición del diario New York Time del a domingo 21-5-23, la periodista de investigación Julie Turkewitz, que es la jefa de la oficina de los Andes de The New York Times, que cubre "el Darién(Andes)", Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Surinam y Guyana. Antes de mudarse a América del Sur, fue corresponsal nacional que cubría el oeste de Estados Unidos. Si desean seguirla aquí tienen su twiter: @julieturkewitz.
Nuestros periodistas dice el editor: "caminaban con migrantes afganos mientras viajaban de América del Sur a los Estados Unidos".
El título del artículo es bochornoso: "Estados Unidos Los Dejó Atrás. Cruzaron una jungla para llegar aquí de todos modos"
Para miles de afganos, la retirada estadounidense de Kabul fue solo el comienzo de una larga y peligrosa búsqueda de seguridad. ¿Es por esto que no van a Ucrania?
Federico Ríos contribuyó informando desde Brasil, México y el Tapón del Darién. Este gran fotógrafo andino nació en Manizales, una ciudad pequeña en medio de las montañas cafeteras de Colombia, y admite que aún no entiende cómo a millones de colombianos "nos pusieron una venda y nunca nos dimos cuenta de que el conflicto estaba a la vuelta de la esquina". Todo eso cambió cuando empezó a caminar el país: no solo cambió su mirada sino también su vida, dijo, por eso sus fotos son una prueba fehaciente de nuestra desgracia humana por culpa del hermano mayor del Norte que lo bautizaron como NAFTA.
En esta nota informativa solo retendremos la experiencia de Taiba contada por la periodista Turkewitz.
Y cuenta ella: "Taiba estaba siendo perseguida por los hombres que había puesto tras las rejas en Afganistán.
Las amenazas de muerte, dijo, se produjeron mientras los estadounidenses se retiraban de Afganistán y los talibanes marchaban por todo su país.
En medio del caos, las puertas de las celdas se abrieron de par en par, liberando a los violadores y abusadores que ella había ayudado a encarcelar.
"Te vamos a encontrar", amenazaron los que la llamaban. "Te vamos a matar".
Durante el fatal periplo de Taiba tal vez fungía como ministra Tutora de la rama política panameña relacionada con esta desventura, otra Taiba, solamente que se llamaba Janaina.
Sus nombres riman y sus envergaduras se parecen. Este es el arte misericordioso de la política de Washington de reunir a todos, aunque diferentes, con la marca Made in USA en un solo espacio. Y sobre todo que los actores crean ellos.
Mañana Taiba será ciudadana americana y actuará en nombre de los Estados Unidos para vencer a los talibanes junto a su prole. La guerra seguirá su curso In saecula saeculorum porque Taiba le enseñará a sus hijos el deber de ungir la democracia en Afganistán como una copia de Estados Unidos. ¿Es por eso que todos quieren ir a USA?
Taiba y Janaina apuestan por el “American Dream”, y eso ya es un éxito para Washington, D.C.
Y sigue la historia de marra aún:
Toda la vida de Taiba había estado moldeada por la visión estadounidense de un Afganistán democrático: había estudiado derecho, trabajó con los estadounidenses para combatir la violencia contra las mujeres y con el tiempo se convirtió en una alta funcionaria gubernamental enfocada en los derechos de las mujeres, cargo en el que recopilaba testimonios para encarcelar a los abusadores.
Pero, tras salvarle la vida a muchas mujeres, ahora trataba de salvar la suya.
Ella y su esposo, Ali, solicitaron ayuda a media decena de países —ya habían trabajado con muchos de ellos— y encontraron un programa estadounidense de refugiados al que podrían acogerse. Taiba envió su información, afirmó, pero nunca recibió respuesta.
Así es la crueldad política de estos tiempos.
“Nos abandonaron”, dijo Taiba refiriéndose a los estadounidenses. “A veces creo que quizá Dios ha abandonado a todos los afganos”.
Durante meses, Taiba trató de llegar a Estados Unidos de cualquier manera posible, incluso a pie.
Huyó con su esposo y su hijo de 2 años a Pakistán, luego se trasladaron a América del Sur uniéndose a la enorme y desesperada movilización humana que avanza hacia el norte, a Estados Unidos.
Al igual que miles de afganos que han tomado esta misma ruta inconcebible para escapar de los talibanes y del colapso económico de su país en los últimos 17 meses, atravesaron con esfuerzo la selva, durmieron en los bosques en medio de hormigas coloradas y serpientes, escondieron dinero dentro de su comida para engañar a los ladrones y cruzaron ese pedazo de tierra que conecta Norteamérica y Sudamérica, el traicionero Tapón del Darién .
Ahora, luego de más de 25.000 kilómetros, Taiba y su familia finalmente llegaron a la frontera estadounidense.
En la oscuridad, Taiba se arrastró por un túnel de drenaje ubicado debajo de una carretera. Cuando salió, vio dos enormes vallas de acero: las últimas barreras entre su antigua vida y lo que esperaba que fuera una nueva oportunidad. Un contrabandista tiró una escalera por encima del primer muro.
Taiba se agarró a los peldaños y comenzó a escalar hacia el país que la ayudó a definirse.
Sabía que los estadounidenses estaban rechazando a los solicitantes de asilo. Un solo pensamiento la consumía.
Cuando lograra ingresar, ¿la dejarían quedarse?
Los Turkewitz también son inmigrantes como Taiba. Por ejemplo: Harry (Hirsch) Turkewitz, nació el 15-6-1894, en Lohiza, Minsk, Bielorrusia. Murió en Brooklyn, condado de Kings. Su madre Hilda Rachel Friedman y su padre Hyman Mordecai Turkiewicz, también nacieron fuera de los EE.UU.
Hace uno meses la titular del Ministerio de Relaciones Exteriores del país donde está el Tapón del Darién fue destituida o renunció. ¿No se sabe muy bien oficialmente que ocurrió?
No obstante hace una semana escribía en su cuenta de twiter: cómo añoraba el clima, la gente, la comida y los despuntes y almacenamiento de los soles únicos tropicales del Tapón del Darién, del mar Pacifico y del Atlántico.
Al igual que Julia, Taiba y Janaina, la ex ministra hoy día en algún lugar de los Estados Unidos son fieles seguidoras del sueño americano. Loor a la mujer mundial por tanta osadía.
Pero deseamos hacerle observar una sola estrofa de Calderón de la Barca sobre la Vida es un sueño, que reza así a todas las mujeres que lucha por un mundo mejor:
Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sigan soñando con un mundo mejor, vale la pena despertarse con es ambición y desarrollarla cada día de Dios.
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