Panamá
Cómo tratar a los demás
Repele, asusta, repugna el maltratro, la patanería, la grosería y hace que la persona quede relegada, marginada, echada a un lado, aunque sea muy competente.
- Monseñor Rómulo Emiliani
- /
- [email protected]
- /
- - Actualizado: 15/5/2023 - 12:00 am
Uno de los grandes dramas de la humanidad tiene que ver con el maltrato a los demás. Gran parte del éxito de una persona consiste, además de la preparación en su rama de servicio y la calidad del producto, en la forma que trate a los demás. El buen trato, cultivar buenas relaciones humanas permite que la persona se desencuelva mejor en la vida.
Repele, asusta, repugna el maltratro, la patanería, la grosería y hace que la persona quede relegada, marginada, echada a un lado, aunque sea muy competente. La gente huye de la persona que ofende, que hiere sentimientos, golpea la autoestima de los demás.
Toda persona tiene un letrero invisible colgado al cuello que dice así: hazme sentir importante. La autoestima es muy sagrada en todo ser humano. La persona que la pierde se empieza a rechazar, se acompleja, no realiza sus carismas, y proyecta lo mal que se siente en otros seres humanos, inclusive animales y plantas. Lo hace muchas veces viendo en los demás los males que ella padece interiormente. Muchas veces la autoestima ha sido muy golpeada desde la más tierna infancia. Se crean tráumas que se arrastran toda la vida.
El maltrato infantil y cualquier tipo de acoso, causa daños muchas veces irreversibles en una persona. Y como hay poco acceso, sobre todo gente de pocos recursos, a psicólogos que le ayuden a sanar esas áreas de la personalidad se convierte el trauma en una llaga que se abre fácilmente con cualquier golpe de la vida. Y si no tiene vida espiritual, peor. La agresividad experimentada desde niño puede convertir a una persona en un ser violento e inclusive en un asesino. Hay personas que se están vengando durante toda su vida de sus agresores en la infancia y adolescencia con cualquiera que les recuerde a sus victimarios.
El buen trato hace que la persona "bien tratada" se sienta bien consigo misma, porque su autoestima se eleva, es gratificada. El ser humano se siente que vale más, que es apreciado, reconocido como persona. Y eso hace la diferencia en cualquier relación humana. Se crean así puentes de comunicación más ágiles y fluídos y esto posibilita entrar en niveles de mayor empatía y por lo tanto de comunión.
Lógicamente se necesita la honestidad, la transparencia en toda relación humana, y que la amabilidad no raye en ingenuidad y jamás en malicia para engañar o aprovecharse de la relación. Quien mejor nos trata, infinitamente mejor, es nuestro Señor Jesucristo. Él jamás nos ofende, nos insulta, nos degrada, nos ridiculiza. Él es quien más nos valora, porque derramó su sangre por nosotros, por cada uno. Eso nos hace ver cuál importantes somos para Cristo.
¡Mira lo que tiene nu estro canal de YouTube!
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.