La grandeza de la última cena
Cada vez que se celebre una eucaristía en el mundo, allí estará Cristo, su alma, su cuerpo, su sangre y su divinidad. Él se va pero se queda.
Cada vez que se celebre una eucaristía en el mundo, allí estará Cristo, su alma, su cuerpo, su sangre y su divinidad. Él se va pero se queda.
Eternamente flechado por Cupido, la intensidad de su quehacer fue el epígrafe de su camino a lo largo de su musical vivencia terrenal.