Arrepentimiento
Miércoles de Ceniza
El Miércoles de Ceniza marca los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles católicos a la conversión y a prepararse para vivir los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en la Semana Santa.
- Roquel Iván Cárdenas
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- - Publicado: 19/2/2020 - 12:00 am
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, tiempo litúrgico de conversión, que establece la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua.
En la Biblia, el número cuarenta simboliza un tiempo de purificación, preparación y espera para un nuevo comienzo o un acontecimiento importante, que se vive con una actitud penitencial.
En esta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta días de Moisés en el monte Sinaí, de los cuarentas días Elías en la montaña y de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública.
Durante este periodo se practica el ayuno y la abstinencia como una forma de practicar la virtud de la templanza.
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Porque el hombre que practica la templanza, indudablemente, se convierte en un hombre prudente y el hombre prudente practica la justicia y el hombre justo es, generalmente, un hombre con mucha fortaleza.
Siguiendo esta lógica, la templanza es la primera virtud a practicar para desencadenar las otras.
Pero ¿qué debemos hacer?
Bueno, en primer lugar, debemos moderar la atracción que tenemos por los placeres.
Y la única forma de moderar esa atracción y templar la voluntad es privándonos de esos placeres.
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Por ello, durante la Cuaresma nos privamos de esos pequeños placeres para ofrecérselos al Señor como muestra de nuestro amor.
Sin embargo, los seres humanos somos capaces de vaciar de sentido estas prácticas.
En ocasiones, las Escrituras nos presentan cómo el ayuno del pueblo de Israel no era bien visto por el Señor.
Cómo Dios aprovecha sus reclamos (Isaías 58, 3s) para explicarle por qué su ayuno no era aceptado con agrado.
Mientras se ayunaba las personas no buscaban a Yahvé sino su propio interés explotando, peleando y maltratando a los demás
La Biblia nos enseña a no mirar, en primer lugar, las obras exteriores, los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior.
La ceniza tiene un sentido de humildad y penitencia.
La Biblia nos presenta en Jonás 3,6; Job 42,6; Mateo 11,21, ejemplos del uso de la ceniza como señal exterior de arrepentimiento y conversión.
En cuanto a la cruz en la frente es una señal de los que hacen penitencia por sus pecados como nos dice Ezequiel 9,4: “Recorre Jerusalén, marca con una cruz en la frente a los hombres que se lamentan y que gimen por todas esas prácticas escandalosas que se realizan en esta ciudad.”
Aprovechemos esta oportunidad para que ustedes tambien “… considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus bajos deseos. Ni hagan de sus miembros instrumentos de injusticia al servicio del pecado, sino ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han pasado de la muerte a la vida…(Romanos 6, 11-14)
Catequista.
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