Calipso y sao: el negro soy yo
- Héctor Collado
- - Publicado: 19/2/2011 - 08:48 pm
Hace unas pocas semanas me encontré con una fémina poseedora de una belleza salvaje, es decir, bella por los cuatro puntos cardinales. Era flora y fauna en toda su naturaleza. Hija del trópico, su piel, un licuado de leche y miel, la hacían refulgir en la selva del Mall.
Era un escándalo étnico aquella dama. Asomaban al balcón de su expresión ciertos rasgos que me dejaron tarareando la canción Ebony and Ivory. Esteta en ejercicio, me le acerqué, muy cerca, haciendo uso de piropos de reglamento, de esos que exige la circunstancia y los dictan las técnicas de vuelo, intenté compenetrarme en aquel universo humano.
Todo en ella era hermoso, hasta la sombra. El primer cruce de palabras lo hice con algo de impericia. Por lo que a ella no le quedo más remedio que ripostar con una mirada hosca, suavizada por los agujeritos de sus mejillas. Eso me dio un poco de pista para planear un acuerpizaje forzoso.
Después de breves diálogos de rutina ocurrió algo extraordinario con la muchacha. Fue como si en el mundo unos labios se abrieran por vez primera para decorar el mundo con una primera sonrisa. Recordé un texto de María de Jorge Isaac, que acompaña mi memoria desde la escuela secundaria: “sus labios rojos, húmedos y artificiosamente imperativos, me mostraron, solo un instante, el arco simétrico de su linda dentadura”. Por supuesto que se lo recité. Para eso uno lee, la lectura te hace sabio y es doble la cuota frente a la circunstancia que merodeaba.
Con una mujer, por principio y solo al principio, uno no debe manifestar interés por sus recursos naturales. Ellas saben que es lo que tienen y eso las hace poderosas, imbatibles.
No soy un héroe, lo sé, es fácil como pueden ver… como dice la canción. Así es que para hacerme el interesante le conversé, mientras caminábamos de la jirafa al dinosaurio, que la ONU había declarado 2011, Año internacional de los afrodescendientes y que los panameños somos un batido mestizo con lo mejor de los grupos humanos predominantes en el Istmo.
Establecido el vínculo, seguimos de bestia en bestia por el Mall, conversando sobre diversidad herencia, cultura... Eso la hizo bella dos veces. Así es que la invité a la Jornada de Calipso y saos que ofrecerá la Universidad Tecnológica de Panamá el 24 de febrero para celebrar a la etnia negra.
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