Injustas condenas contra líderes
En la vida nadie se va de un restaurante sin pagar la cuenta y todo lo...
- Actualizado: 20/7/2018 - 11:40 am
En la vida nadie se va de un restaurante sin pagar la cuenta y todo lo malo le revierte a quien lo hace, y esto me recuerda cuando la orden templaria se había vuelto tan famosa y poderosa que se conjugaron todos los actores políticos y eclesiásticos para acabarla inventando una cantidad de mentiras y blasfemias por las que muchos inocentes murieron y muchas injusticias se hicieron.
Al último gran maestro Jacques de Molay lo queman vivo en una gran hoguera el 18 de marzo de 1314, aquellos años lúgubres que la Iglesia quisiera nunca recordar, ordenada por el papa Clemente V que murió un mes después de consumada. Este era dominado y mandado por Felipe IV "El Hermoso" que se apodera de todos los tesoros de la secta, pero muere ocho meses después de caerse de un caballo, igual sucede con el canciller Nogaret, que fue el juez ejecutor y Esquin de Floygran, apodado "El Traidor", quien muere apuñalado.
En la historia moderna hay solo que ver los asesinatos de Remón que tienen un igual desenlace y peor aún el juicio político hecho a ese gran presidente Guizado, acusado por la oligarquía criolla de asesinar a Remón, cosa distinta a la realidad.
Allí también acusan y encarcelan al Dr. Arnulfo Arias Madrid, quien desconocía todo y estaba ese 2 de enero de 1955 en su finca Arco Iris en Boquete. Lo encarcelan y le dan a un sargento su custodia, quien lo mete en la peor mazmorra por cinco días, y al sacarlo en tono burlesco un mayor le pregunta " ¿cómo le fue?", y este le dice: "Excelente. Estaba en París, me quedé en el Plaza Athenee y caminé por los campos Eliseos, la Torre Eiefel y fui a Monet Matré", a lo cual el sargento le increpa eso es mentira, él nunca salió, yo lo cuidaba. Posterior a eso, el mayor incrédulo le pregunta al líder panameñista cuál era la verdad, y este responde: mire, jovencito, yo he estado preso por persecución política tantas veces que me he acostumbrado y yo me transporto de donde estoy hacia lugares hermosos donde he estado y solo pienso en eso, en nada más, no en la inmundicia en la cual ustedes por política para inhabilitarme me encarcelan injustamente, cosa que a mí no me afecta, pues en cada viaje y recuerdo salgo más fortalecido de todas las injusticias que ustedes me hacen.
Solo les recuerdo, termina diciendo: esto cambia, es como un reloj que pasan las horas, hoy es de noche para mí, pero mañana les será para ustedes, y así fue.
De este tipo de cosas yo me inspiro para seguir enfrentando este caso fabricado por un mediocre abogado que de leyes conoce tanto como yo de astronomía. Toda la verdad saldrá y habrá más sorpresa, y mejor me compro mi popcorn.
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