Exigencias
¿Tienen los ministros de Estado el perfil para el cargo?
...mayor organización empresarial que tiene un país es su gobierno, y debemos dejar de lado las pretensiones latinoamericanas que nos incitan a avalar y exigir funcionarios cuyas únicas cualidades relevantes son carisma y simpatía, necesitamos que como funcionarios literalmente funcionen, y si son servidores, que sirvan, que resuelvan,
- Ana Salaverría
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- - Actualizado: 11/6/2018 - 06:58 am
En el sentir panameño, la gestión de este período electoral no ha sido percibida como buena o satisfactoria por parte de la mayoría del electorado, lo que más allá de los números de cumplimiento que publicita el Gobierno a favor del presidente, lo deja muy malparado ante la opinión pública y los futuros electores del próximo período presidencial, que ya puede verse a la vuelta de la esquina. Los ministros son quienes llevan a cabo la tarea de dirigir las distintas áreas en las que se divide el gobierno del Estado. Son elegidos por el presidente, y los únicos requisitos para optar a este cargo son: ser panameño por nacimiento, haber cumplido 25 años, y no haber sido condenado por delito contra la Administración Pública con pena privativa de libertad, del mismo modo se exceptúan los parientes del presidente. Sería ideal que quienes ocupen estos cargos cumplan con un perfil que reúna características idóneas en su área, y como profesionales, posean estudios de cuarto nivel, esto garantizará que realmente sean idóneos y puedan tomar decisiones estratégicas con mayor asertividad.
Del mismo modo, sería interesante exigir que tuvieran como mínimo 10 años de experiencia en el área para el cual se postulen, lo que automáticamente haría ver como una utopía que el mínimo constitucional sea 25 años para aspirar al cargo, posterior a este periodo de experiencia, seguramente el postulado habrá desarrollado las habilidades directivas necesarias para enfrentar un cargo que aunque sea administrativo, está basado en la política y no se le puede restar este matiz, puesto que deben estar orientados a la consecución efectiva de la función social y de las mejoras que hagan de la vida en el país un escenario óptimo para el desarrollo de los ciudadanos, esto sin dejar de lado habilidades como negociación, objetividad e imparcialidad, que les favorezca la consecución de los objetivos estratégicos del período a ejercer, y tener influencia positiva en su equipo de trabajo, elevando continuamente la capacidad resolutiva del mismo y la motivación por alcanzar metas.
La mayor organización empresarial que tiene un país es su gobierno, y debemos dejar de lado las pretensiones latinoamericanas que nos incitan a avalar y exigir funcionarios cuyas únicas cualidades relevantes son carisma y simpatía, necesitamos que como funcionarios literalmente funcionen, y si son servidores, que sirvan, que resuelvan, que consigan las maneras de mejorar las condiciones malas y optimizar las buenas, en cada una de las áreas donde se desarrollen, que aconsejen con fundamentos certeros al presidente del país y que luchen por ofrecer al mundo la mejor versión, no nada más de ellos mismos sino también de la nación que representan.
Finalmente, sería interesante exigirles que, si han pasado más de la mitad del período en el cargo, debería ser obligatorio finalizar el mismo, no veo como opción renunciar cuando a todas luces se ve que no se van a cumplir los objetivos y se está a puertas de una nueva elección, se me parece a la condición de "las ratas que abandonan el barco".
Estudiante de Maestría de la Universidad Interamericana de Panamá (UIP).
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