Stalingrado: la batalla decisiva
- Luis Antonio Acosta Betegón [email protected]
- - Publicado: 19/5/2017 - 12:00 am
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial entre las potencias del eje y las fuerzas aliadas, la batalla de Stalingrado fue un punto de inflexión. El resultado final de esta gran guerra selló el destino de la humanidad, ya que los valores democráticos y sociales se impusieron a la ideología racista y fascista. Por su parte, la prensa escrita en Panamá siguió todos estos acontecimientos, y con profundidad explicó lo que sucedió en Stalingrado. En 1942, las potencias del eje, luego de dominar gran parte de Europa, diseñaron un nuevo plan para terminar de conquistar a la Unión Soviética. Como lo describe Alan Clark, los alemanes querían romper a los rusos de una vez por todas, para ello necesitaban destrozar a su ejército en el Sur, capturando la sede de su economía, y tomando por detrás a Moscú y los campos de petróleo del Sur.
Al inicio, el avance alemán parecía incontenible, pero fueron frenados paulatinamente en una guerra calle por calle, edificio por edificio, metro por metro. Ante esta situación, el titular del Panamá América del 1 de octubre de 1942 describió lo crudo de esta batalla, ya que decía, “Padres e Hijos Luchan Hombro Con Hombro en Stalingrado”. Durante algún tiempo, el ejército ruso fue empujado en retroceso hasta que lograron estabilizarse y mantener una estrecha franja de territorio dentro de la ciudad, a lo largo de la orilla occidental del río Volga. Frente a esto, el diario panameño expresó correctamente que “Los defensores de Stalingrado se mantienen firmes ante el invasor” (Panamá América, 7 de septiembre de 1942). Los batallones penales, que eran brigadas de castigo para desertores creadas por los zares, reaparecieron en Stalingrado bajo el lema: ni un paso atrás.
Entre el 19 y el 30 de noviembre de 1942, los soviéticos atacaron a las líneas alemanas, rodeando al Sexto Ejército Alemán y sus unidades satélites dentro del perímetro de Stalingrado. Un cuarto de millón de soldados alemanes, además de italianos, rumanos, croatas y otros fueron sometidos a las tenazas soviéticas que se cerraron sobre ellos. El Pana má América señaló que “ha cambiado el giro de la guerra” (14 de noviembre de 1942). Esto fue el inicio de la primera derrota militar de Alemania de la guerra y la eliminación de uno de sus ejércitos, algo impensable unos pocos meses atrás, cuando Alemania parecía imbatible.
La Batalla de Stalingrado finalizó el 2 de febrero de 1943, con una victoria decisiva para la Unión Soviética sobre el nazi-fascismo alemán. Después de esta batalla, el equilibrio de fuerzas en el frente oriental se estabilizó. En Kursk, lo que significó el fin de la ofensiva alemana sobre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el inicio del avance del imparable Ejército Rojo hasta Berlín en 1945.
Se puede concluir que, gracias al sacrificio de las potencias aliadas, y sobre todo del ejército soviético, la humanidad no cayó bajo una ideología que sentía desprecio por el reto de los pueblos del mundo, a los que consideraba inferiores. Y un punto importante de ese sacrificio se dio en Stalingrado.
Docente universitario
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