Análisis
Privatizadores vergonzantes
... los actos de privatización fueron realizados con plena conciencia y voluntad. Es así que en carta del 20 de septiembre de 1991, el Gobierno panameño se comprometía con el FMI a "aprobar una ley marco que permita al Ejecutivo privatizar sin demoras las empresas públicas…".
- Juan Jované
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- - Publicado: 29/8/2018 - 12:00 am
El hecho de que algunos personajes de la política vinculados con las infames privatizaciones, que despojaron a la nación de algunos de sus más valiosos activos, pretendan volver a dirigir los destinos del país, no es más que una muestra de la profunda crisis de la política panameña.
Que lo hagan negando que realizaron actos de privatización muestra el profundo desprecio que estos sienten por la población y su memoria histórica.
Para que las cosas queden claras se debe, en primer lugar, aclarar el significado del concepto de privatización.
A este respecto, el prestigioso Diccionario de Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), editado por David W. Pearce, señala que privatización significa "la política de convertir en privada la propiedad pública de un activo o permitir la realización de cierta actividad, previamente llevada a cabo por un departamento de una organización, por parte de algún negocio del sector privado".
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Es evidente, para dar un ejemplo, que la entrega del Irhe y del Intel fueron actos efectivos de privatización, ya que no solo se entregó prácticamente la mitad de las acciones al sector privado, sino que la función de la prestación y administración del servicio se dejó en las manos de ese sector, dejando al Estado sin absolutamente ningún poder sobre los activos.
Decir que se trató de la constitución de empresas mixtas no es más que un intento torpe de ocultar la realidad.
En segundo lugar, es importante destacar que los actos de privatización fueron realizados con plena conciencia y voluntad.
Es así que en carta del 20 de septiembre de 1991, el Gobierno panameño se comprometía con el FMI a "aprobar una ley marco que permita al Ejecutivo privatizar sin demoras las empresas públicas…".
El siguiente gobierno (1997 – 1999) aprobó por resolución de gabinete su programa de "Desarrollo Social con Eficiencia Económica", el que entre sus acciones de política contenidas en el cuadro N.°3 de ese documento proponía la "privatización del Irhe e Idaan".
En la práctica, se privatizaron el Irhe y el Intel, mientras que el gobierno de turno no pudo hacerlo con el Idaan, ya que, pese a la brutal represión que llevó a la violenta violación de la autonomía universitaria, la movilización popular se lo impidió.
Dados los efectos negativos de las privatizaciones sobre el bienestar de la población, tanto en términos de precios como de calidad de los servicios, se ha incrementado la resistencia de la población frente a este tipo de política de despojo.
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Esto ha llevado a los sectores económicamente dominantes y sus políticos a entender que necesitan encubrir y mistificar los procesos privatizadores.
Es por eso que ahora se utilizan eufemismos como tercerización, asociaciones público privadas, entre otros.
Los políticos que representan los grandes intereses económicos están obligados a convertirse en privatizadores vergonzantes.
Esto no significa que los apetitos de dichos intereses por seguir ampliando su esfera de acumulación de capitales a costa del sector público hayan desaparecido.
Todo lo contrario, estos se han ampliado.
Debemos prepararnos para frenar esa tendencia, para lo cual es necesario acumular fuerza social y evitar las desgastantes aventuras electorales.
Economista.
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