Mensaje
No robes, no hagas daño
Cuando hablamos sin fundamento, faltos de pruebas, y afectamos la fama de una persona enlodando su nombre, estamos faltando gravemente al respeto que merecen los demás.
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 24/11/2018 - 12:00 am
Cada vez que decimos algo de alguien y que afecte su dignidad, su buen nombre, su fama, estamos robando de la persona su derecho a tener su nombre limpio, su honor intacto, su trayectoria de vida en alto.
Cuando hablamos sin fundamento, faltos de pruebas, y afectamos la fama de una persona enlodando su nombre, estamos faltando gravemente al respeto que merecen los demás.
La difamación, la calumnia, son cánceres sociales que van minando la reputación de las personas, degradando la convivencia humana, al afectar la fama de los otros, ocasionando sospechas, marginaciones, desprecio en personas inocentes.
Cada vez que gritamos, insultamos, ofendemos, estamos robando la paz de una familia o cualquier grupo humano.
Arrancamos de la comunidad el derecho a la armonía, la sana convivencia, el intercambio de buenos afectos, recursos humanos y materiales, y hundimos a las personas en el fango del resentimiento, el deseo de venganza, la separación, afectando la buena marcha de la superación personal y colectiva.
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Cada vez que impedimos que los pobres tengan acceso a los bienes de la creación, estamos robando el derecho que tienen a gozar de lo que Dios dio para todos, haciendo que unos cuantos tengan demasiado, y muchos tengan muy poco.
Eso hace a los pobres seres marginados, poco desarrollados, sin recursos que puedan aportar a los demás, convirtiéndolos en peso muerto en una sociedad que así no puede caminar en el progreso social que se merece.
Eso hace un terrible daño a muchos, ocasionando un atropello a su dignidad y derecho a vivir con los bienes necesarios para su desarrollo.
Cuando caemos en el egoísmo pensando solamente en nosotros mismos, haciendo las cosas solamente para sacar personal beneficio, estamos robando a los demás el derecho que tienen de recibir de nuestros recursos humanos lo que necesitan para crecer integralmente.
Cuando no nos damos a nosotros mismos la oportunidad de crecer y superarnos, dejando de estudiar, trabajar dignamente, especializarnos en habilidades que tenemos, nos estamos robando a nosotros mismos el derecho y la obligación de alcanzar la estatura humana necesaria para desarrollarnos integralmente.
Esto nos hace inútiles en el aporte que debemos dar a la sociedad.
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Cuando no nos convertimos y traicionamos al Señor, le estamos robando a Él su derecho a ser honrado, alabado, bendecido y amado.
Cuando despreciamos su Palabra, no oramos, no vivimos sacramentalmente, no nos ocupamos de la comunidad eclesial, no damos testimonio, estamos robando a Dios el derecho de ser obedecido y adorado como Dios único y verdadero, tres personas y un solo Dios.
Por lo tanto todos somos ladrones y hay que pedir perdón a Dios y a los demás por todo eso y vencer toda mediocridad y maldad.
Monseñor cmf.
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