Historia
Las sextillizas de Aimar
.... consiguió una vivienda y la clínica le pagaba a una enfermera para que la ayudara, más los conocimientos que ella misma tenía.
- Bernardina Moore [email protected]
- - Publicado: 18/7/2018 - 12:00 am
No dependía de mí la cantidad, fue lo que vi mientras dormía, estaba en un balcón.
Un carro se detuvo y bajaron seis niñitas trigueñitas, igualitas, como de 4 años, peinadas con unas trenzas, y una mujer; se quedaron allí frente a mí, estaba medio oscuro no sé si era de noche o de madrugada.
Al despertar eso tenía en la mente. Comparto esta incógnita imagen.
Aimar era una joven de unos 25 años color canela, guapa, trabajaba en una clínica pediátrica de día y estudiaba en la universidad, de noche, enfermería.
Siempre salía tarde y tenía que caminar un considerable trecho después de bajarse del bus.
Una noche de tantas iba apuradita porque era más tarde que otras, de pronto, no se sabe de dónde, apareció un hombre que la sometió, por más que se defendió y gritó; era muy tarde y nadie salió, lo que favoreció al asaltante para cometer su fechoría y violarla.
Fue tanta su frustración al ver que nadie apareció a socorrerla que llegó hecha un desastre al cuarto donde vivía.
Como tenia entrada independiente, no molestaba a nadie. Sentía tanto asco que corrió a bañarse con la intención de borrar lo que consideraba la había manchado, llorando desesperadamente.
Los días fueron pasando, ella por vergüenza no le contó a nadie lo que le había pasado pero, lo que está por suceder, sucede.
Un día en su trabajo se mareó y se desmayó.
Al revisarla el Dr. le dijo que estaba embarazada.
¡Santo Dios, pobre muchacha, miró al Dr. horrorizada!
Nadie le conocía novio, tenía un laberinto en su mente y atinó a preguntar: ¿embarazada Dr.?
Sí, no hay duda, dijo él.
Comenzó a gritar como loca.
Recordando el episodio de aquella noche, lo primero que vino a su mente fue abortar y se lo dijo al Dr., que preguntó: ¿por qué quieres hacer eso?
¡Me violaron! Dijo desconsolada.
Él le dijo: respeto tu decisión, pero recuerda que nuestros "clientes", por llamarlos de alguna manera, son precisamente infantes, muchos producto de una violación y las madres han considerado que la criatura no tiene culpa de cómo fue concebida.
Ella, calmada, escuchaba calladita, precisamente tú eres una de las que tratabas de convencer a las víctimas de violación para que no abortaran, ahora te das cuenta ¿qué es más fácil, aconsejar que seguir consejos?
Te voy a administrar un calmante para que te serenes y puedas tomar lo que consideres es la mejor decisión.
Pasaron los días y Aimar no decía nada, hasta que un día le dijo al Dr.: hágame los exámenes, voy a tener mi bebe.
Al tercer mes le hicieron un ultrasonido que dejó perplejo al Dr. y en suspenso a la muchacha, creo que hay más de una criatura aquí.
Dr., no me asuste ¡por Dios!
Lo siento linda, pero no cabe duda, sin embargo, voy hacerte, en la otra cita, otro ultrasonido en compañía de unos colegas para estar más seguro y despejar la duda, ¿te parece?
Ella preocupada contestó: está bien Dr.
Pasado el tiempo, el otro ultrasonido, hecho en compañía de los otros doctores, confirmó que habían seis fetos que veían claritos, con el avance que tiene la ciencia hoy día.
Esta noticia cayó como una bomba devastadora sobre la pobre Aimar siendo que era soltera.
El Dr., haciendo honor al juramento hipocrático, le dijo: no te preocupes, ni desesperes, desde ya te digo que cuentas con el respaldo total de esta clínica hasta en lo económico, ahora más que nunca necesitas tranquilidad.
Ella, angustiada, decía: ¿cómo voy a criar yo a tantos niños si pensando en uno me asustaba, ahora imagínese, seis?
El galeno, intentando tranquilizarla, le dijo: ¿no te gustaría dar alguno en adopción? (después se arrepintió).
¿En adopción?, ¿repartirlos como hacen con los perritos al parir la perra?
Dr., si he decidido no abortar y tengo que llevar por nueve meses juntos a los seis ¿cómo se le ocurre que voy a deshacerme de ellos una vez nacidos?
Piense que ya allí donde están forman una familia de hermanos, ¿no cree?
Al Dr. se le caía la cara de la vergüenza por haber insinuado tal cosa.
Solo pudo decir: tienes toda la razón.
Pasaron los meses y Aimar dio a luz a sus seis preciosas hembritas sanas y sin problemas de ninguna índole.
Por gestiones del Dr., consiguió una vivienda y la clínica le pagaba a una enfermera para que la ayudara, más los conocimientos que ella misma tenía.
Al cabo de unos meses de nacidas las niñas, un caballero se presentó a la clínica pidiendo hablar con el Dr.
Este lo recibió en su despacho y haciendo un gran esfuerzo le confesó que él había violado a Aimar, que lo había hecho porque la veía pasar todas las noches y se había enamorado de ella, pero temiendo no ser aceptado, por no tener en ese entonces qué ofrecerle, el maldito deseo lo segó esa noche y cometió el acto más abominable que un hombre puede hacer en contra de una mujer, esa culpa no lo dejó dormir desde entonces y se propuso reparar su falta.
Y conmovido, al ver los frutos de su vil acción, quiere ofrecerle, si ella acepta, compartir una pequeña empresa que tiene y apoyarla con las niñas, más adelante, si acepta, le ofrece casarse con ella.
El Dr. lo escuchó como cura en confesión y permaneció callado por unos instantes causando ansiedad y estrés en el caballero.
Al fin le dijo: se lo comunicaré todo a Aimar, no le prometo nada, déjeme su número donde pueda localizarlo por favor.
Esa misma noche, el Dr. habló con la joven que lógicamente rechazó todo, más por orgullo que por la ofensa, que por sentido común, sin embargo el Dr., viendo la situación económica de las nenas y la moral de la madre soltera con seis hijas, aplicando la psicología más que médica, humana, tocó las fibras más íntimas de Aimar, que abrazándose al Dr. llorando dijo: tiene usted razón, mis niñas no tienen la culpa de cómo fueron concebidas y yo no puedo negarles lo que por ley les corresponde.
Que sea lo que Dios quiera, al fin y al cabo su justicia tarda pero siempre llega.
Gracias por todo Dr.
Mi ángel protector.
Escritora.
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