Reformas
“La Hora Cero de Panamá”
Hay que hacer realidad aquello de que con educación sí sacamos a la gente de la pobreza. Y un pueblo educado es un pueblo rico.
- Dorindo Jayan Cortez
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- - Publicado: 12/11/2019 - 12:00 am
El mundo camina hacia una recesión económica.
Hay signos de convulsión social en la región.
En Panamá se abandera una Reforma Constitucional para, según se piensa, lograr democracia y extirpar la corrupción.
Se cree que la solución está en la tinta y el papel.
El Ejecutivo, cumpliendo compromisos, presentó a la Asamblea de Diputados la propuesta de reforma de la Concertación Nacional.
Ello trajo consigo su propia limitación al no ser el método más representativo.
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Los hechos son los siguientes: Primero, los Diputados aprueban el proyecto, acogiendo el 90% de los artículos del documento original de la Concertación; no obstante, que el 10% restante implica tres aspectos conflictivos: la prohibición del matrimonio gay, la creación de una Fiscalia, y la intervención de los diputados en la modificación del presupuesto.
Segundo, las protestas crecientes denotan oposición al proyecto y al método utilizado, lo que dice de la poca credibilidad en los diputados.
Es el cuestionamiento, además, a los pocos alcances sociales de lo reformado, y de un Panamá que seguirá siendo tan desigual como lo es hoy.
Ante el masivo rechazo, se convoca a “todos” los panameños para que hagan sus aportes.
“Todos” es, más que nada, una consigna.
La iglesia se ha hecho eco de la misma.
Eso, desde luego, es imposible.
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Lo que sí es posible es que se defina el método y las facilidades para que se garantice la mayor participación, la que siempre será limitada.
Tercero, la intervención del Presidente Cortizo reiterando su compromiso con el país, además de invitar a “todos los panameños” al debate constitucional.
Sostiene que no debe desaprovecharse la incorporación del 6% del PIB para el sector educativo.
Esto no solo es importante, sino crucial si queremos pensar en el desarrollo sostenible para el futuro de Panamá.
Tengamos presente que temas sociales, como este, son los que darían certeza de caminar con visión de país.
Hay que hacer realidad aquello de que con educación sí sacamos a la gente de la pobreza. Y un pueblo educado es un pueblo rico.
Pero, ese 6% quedará limitado, como un cuerpo sin brazos, si no se incluye un concepto parecido para la educación superior oficial.
Sobre todo porque son las universidades, en particular las públicas, las que llevan a los miles de jóvenes al desempeño profesional y, con ello, calidad de vida y desarrollo nacional.
Precisamente, en el periodo de consulta propusimos dos artículos nuevos para dar sostenibilidad financieras a las universidades públicas y garantizar un fondo de los ingresos del canal para inversión, sobre todo en el exigente contexto que estamos viviendo en donde las nuevas tecnologías son requeridas en las diversas disciplinas del conocimiento.
Esas propuestas ni siguiera fueron discutidas en plenario, como si fueran menos importantes para el país que incorporar una fiscalía que juzgue al procurador y esté a su vez a los diputados.
Pero vamos a insistir en su incorporación al texto constitucional.
Los cambios a la Constitución no deben reducirse a los tres poderes del Estado.
Hay que darle a la sociedad panameña normas fundamentales que proporcionen las oportunidades para alcanzar calidad de vida.
Panamá no debe seguir siendo el país de los millones, pero de pésima distribución de la riqueza.
No olvidemos: Panamá es de todos y de todas.
Docente universitario.
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