Desacierto
Aumento a policías, ¿egocentrismo o terquedad?
Insistir en un nuevo aumento salarial al estamento policial, además de terquedad y falta de entendimiento, representa también una gran injusticia que se comete contra el resto de los trabajadores del sector público.
- José Espinosa Riquelme
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- - Publicado: 21/1/2019 - 12:00 am
El fenómeno del egocentrismo que padecen los gobernantes, alimentado por el disfrute de un poder político ilimitado de varios años, cuando comienza a deshacerse en el ocaso de sus mandatos, los lleva a cometer los más grandes desaciertos y terquedades que podamos imaginar.
"No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti", es lo que se dice sobre la terquedad en términos bíblicos.
Insistir en un nuevo aumento salarial al estamento policial, además de terquedad y falta de entendimiento, representa también una gran injusticia que se comete contra el resto de los trabajadores del sector público, al igual que los jubilados o pensionados de la Caja de Seguro Social, quienes con justa razón reclaman aumentos en las calles.
Aprovechar el lapsus de atención que generará un evento como la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) para implementar el nuevo aumento salarial a los policías será otra terquedad e imprudencia, traición a la ética y a la fe cristiana, que se cometa contra "el pueblo primero".
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A partir de la segunda quincena de enero de 2019, la Fuerza Pública será beneficiada con un nuevo aumento salarial con base en el Decreto Ejecutivo N.° 730 del 21 de diciembre de 2018, los cuales convierte a los policías en un grupo élite, es decir, con fueros y privilegios, listos y prestos, con una alta moral para reprimir las manifestaciones populares.
Alejandro Haynes, secretario general de Fenasep, afirma que no es que los policías no se merezcan dicho aumento, sino que es la falta de equidad y planificación del Gobierno que indigna al privilegiar la labor de un solo sector de la administración pública, en menoscabo de otros quienes también merecen disfrutar de calidad con el sudor de su frente.
Esta forma de clientelismo político castiga al grueso de los trabajadores, sin aumentos, y los mantiene inmersos en un cerco de hambre, sin importar en absoluto con la preparación técnica, académica o profesional del servidor público.
Haynes establece la comparación existente en el 2009, cuando un comisionado devengaba un salario de $1,800 mensuales y en 2017, se les incrementó a $4,300.00, más $750.00 en gastos de representación y viáticos por el orden de $ 1,750.00.
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Coincidimos con el dirigente, que es insostenible mantener estos privilegios, estas jubilaciones, a costa del sacrificio del pueblo, sin ninguna consecuencia a corto y mediano plazo.
Antes de cumplir 50 años te encuentras por las calles con policías robustos y llenos de vida que se jubilan con el último salario, mientras que todos los demás estamos obligados a cotizar cuotas hasta los 57 años, las damas, y 62 años, los varones; al final, solo percibirán el 60% de la pensión por vejez, ya muy enfermos, o trabajando forzadamente unos años más si es que antes no se lo lleva la parca.
Contrario a las opiniones políticas o sociológicas ensayadas que intentan explicar las razones del aumento a los policías, basándose en temores infundados de golpes de Estado del pasado o estilos muy propios de gobernar, sentimos que lo que se produce entonces es un fenómeno de egocentrismo y terquedad manifiesta que nubla la razón de los gobernantes ante la inminente pérdida de poder.
¡Cualquier parecido con la realidad es mera casualidad…!
Abogado y secretario de Derechos Humanos de Fenasep.
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