Nueva red de transporte da libertad en Shabat
Unos 10 mil israelíes han estado viajando gratis las noches de los viernes y los sábados desde que los autobuses sólo en el Shabat fue arrancada apresuradamente por Tel Aviv y tres municipios vecinos.
- David M. Halbfinger
- - Actualizado: 27/1/2020 - 06:13 pm
TEL AVIV — La rebatinga ritual de los viernes por la noche por hallar un lugar de estacionamiento estaba en su apogeo a altas horas de la víspera del Shabat, pero por una vez, Rob y Netta Geist Pinfold la vieron desarrollarse con una sonrisa.
Los Geist Pinfold se habían trasladado de ida y vuelta a Ramat Aviv en un minibús. Y no les había costado ni un shekel.
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Unos 10 mil israelíes han estado viajando gratis las noches de los viernes y los sábados desde que una nueva red de transporte sólo en el Shabat fue arrancada apresuradamente por Tel Aviv y tres municipios vecinos.
Durante mucho tiempo, Tel Aviv se ha visto obstaculizado por el cierre estatutario del transporte público en cumplimiento del Shabat, requerido por ley. En la fuertemente religiosa Jerusalén Oeste, donde observar el Shabat es la regla, la pausa en el servicio del autobús incomoda a relativamente pocos. No así en Tel Aviv, donde las noches de los viernes atraen a multitudes a los cafés y bares.
El nuevo servicio de autobús fue impulsado por el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, de 75 años. Huldai dijo que había querido ampliar el transporte en el Shabat desde que asumió el cargo en 1998.
Una laguna legal lo permitió. La prohibición del Shabat cubre sólo el transporte público por el que los pasajeros pagan una tarifa. Nada impedía que una ciudad usara fondos para operar autobuses donde los pasajeros viajan gratis.
El bajo costo lo hizo viable. Operar minibuses con 19 asientos en toda el área metropolitana desde inicios de la noche del viernes hasta las 2:00 horas del sábado, y luego empezar de nuevo a las 9:00 horas el sábado, requería sólo 3.6 millones de dólares al año, compartidos con las ciudades de Ramat Hasharon, Giv’atayim y Kiryat Ono.
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Aun así, no fue hasta septiembre, después de que la segunda elección parlamentaria del año resultó en otro punto muerto, que Huldai dio luz verde al proyecto.
El impasse, en que el Primer Ministro Benjamin Netanyahu y sus aliados ultraortodoxos seguían incapaces de formar un Gobierno, había creado una oportunidad. Los electores no religiosos se habían alzado contra la influencia de los ultraortodoxos, y los legisladores ultraortodoxos no buscaban otro pleito.
“Yo soy laico”, afirmó Huldai. “Pero a veces, Dios trabaja para nosotros”.
Hubo objeciones, desde luego. Bezalel Smotrich, el Ministro de Transporte, dijo sentirse “afligido” por el servicio de autobús. Moshe Gafni, del partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá, lo calificó como un “desastre a escala nacional”. Los tenderos para quienes el sábado es su único día libre se quejaron de que sus clientes no religiosos —repentinamente capaces de trasladarse a centros comerciales abiertos— los abandonarían.
Pero las multitudes de pasajeros haciendo uso de los minibuses en Tel Aviv un viernes reciente demostraban una demanda.
Para Vicky Purmishar, de 48 años, los minibuses llegaron justo a tiempo. Su madre de 79 años fue hospitalizada con un trastorno cerebral degenerativo en noviembre. La dejó sin vista e incapaz de comer sin ahogarse.
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Purmishar, quien no maneja, visitaba a su madre dos veces al día para ayudarle a comer. Dijo que los viajes gratuitos bien podrían haber salvado la vida de su madre.
“Es como si Dios me enviara una manera de venir aquí”, expresó.
Irit Pazner Garshowitz contribuyó con reportes.
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