Transporte para una ciudad más humana
- Paulino Romero
- /
- [email protected]
- /
- - Publicado: 02/4/2018 - 12:00 am
El problema del transporte terrestre se hace cada vez más crítico en Panamá. Sin embargo, creemos que, a partir de julio del 2019, con el advenimiento de un nuevo gobierno, producto de la reflexión de la ciudadanía panameña, una vez aprendida la amarga lección de la década comprendida entre 2009 y 2019, vale decir, "la inteligencia y la justicia en el poder", se iniciará en firme un proceso que definirá la política panameña de transporte para los próximos 25 o 30 años.
Nadie duda ni discute la aguda situación crítica por la que atraviesa el país desde hace décadas, en materia del servicio de transporte colectivo. Pese a los esfuerzos fallidos, el problema del transporte terrestre en Panamá es profundamente crítico como calamitoso (ya sea en las ciudades principales, como en las provincias del interior de la República y de las comunidades rurales de difícil acceso) es, en realidad, un completo "desastre". La ATTT, con todo su innumerable personal, equipo técnico y moderno, no ha producido una mejora en el servicio a los usuarios. Las estadísticas oficiales sobre accidentes de tránsito, con su secuela de miles de muertos y heridos registrados en los últimos cuatro años (2014-2018) en todo el país, altamente preocupante.
Además de las muchas razones de orden interno que se imponen, hay una consideración general común de todos los países: la crisis energética ha revalorizado los medios de transporte que parecían definitivamente descartados, y han puesto asimismo de relieve la necesidad de que la civilización, aun con todo su poder, debe ser más humilde y moderada en sus previsiones. El automóvil para uso individual representó una revolución; hoy es una contrarrevolución.
Habrá que pensar seriamente en las características que tendrá la ciudad futura, cuya construcción, según la arquitectura medular, deberá ser concebida en forma tal que le ahorre al ser humano la mayor alienación posible. La gran ciudad de hoy, la megalópolis, resulta insuficiente, produce toda clase de desgastes psíquicos y eleva el costo de los servicios sociales.
Aspiramos a una ciudad más humana que cuente con transportes colectivos confortables al servicio de la mayoría de la población. Por supuesto que el diseño de una política de transporte supone la articulación de trenes, carreteras, autopistas, subterráneos y/o puentes elevados según determinen las necesidades y conveniencias prácticas. Pero esto solo puede planificarlo y ejecutarlo un gobierno de hombres y mujeres capaces, honestos, de gran sensibilidad social, que no incapaces, corruptos, viciados de nepotismo como los que conforman el actual "desgobierno varelista" (2014-2019).
Por eso, todo aquel que se precie como un ciudadano honesto y capaz, que aspire a la presidencia de la República en el 2019 y en adelante, deberá ir planificando, en su visión y concepción del desarrollo integral del país, una política de Estado relativa al transporte. Es indispensable e igualmente importante tener un concepto global y no aferrarse a ninguna solución parcial, porque no es posible encontrar desenlace para los problemas en las medidas sectoriales.
Finalmente, vale aclarar la idea: no tenemos prejuicio contra ninguna solución parcial para el problema del transporte colectivo urbano. Pero sí creemos que cualquiera sea la que adopte el nuevo gobierno, "inteligente y justo" como demandamos los panameños, debiera ser parte de una política de transporte colectivo para una gran ciudad, a todas luces más humana.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.