Epicentro
Expresiones de una nación
Nuestros ciudadanos siempre están alerta y siempre saben más del accionar político que los actores mismos. El hecho de que, por razones de su propio tiempo y por ventajas tecnológicas de hoy, ya no se manifiesten en las calles como antaño, no significa que no les interese, que no tengan su voz, muy clara y alta.
- Arnulfo Arias O.
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- - Publicado: 15/1/2018 - 12:00 am
En nuestro país, todos son políticos, salvo prueba de lo contrario. La realidad es que la vida pública y su devenir son objeto fijo de coloquio en casi todas las reuniones, sin importar origen, credo o lugar de residencia. Aquellos que se atreven a pasearse en el libreto de notoriedad política encuentran de inmediato seguidores por conveniencia y detractores por convicción. Nuestros diarios y las redes están plagados de contenido que es político en toda su naturaleza. No se diga, pues, que es solo ahora que nuestro pueblo ha despertado, manifestándose en favor de alguna causa. Nuestros ciudadanos siempre están alerta y siempre saben más del accionar político que los actores mismos. El hecho de que, por razones de su propio tiempo y por ventajas tecnológicas de hoy, ya no se manifiesten en las calles como antaño, no significa que no les interese, que no tengan su voz, muy clara y alta.
Para dar lectura a la opinión pública o sentir el pulso de la misma, basta darle un seguimiento a redes, que a menudo se convierten, inclusive, en fuente de noticia y prensa. Por ello, no pensemos que nuestra población ha dejado de expresarse, sino pensemos que más bien se expresa en forma muy distinta. En la medida en que los actores de la vida pública comiencen a entender que, antes de hacer cierre de una calle para protestar, a menudo la protesta ya se ha dado en forma innovadora y muy precisa. Hoy en día, basta la herramienta de un solo celular para que la opinión de un hombre recorra todo el mundo en cuestiones de segundos. Así, nuestra nación no escapa de esa realidad. Los elogios públicos se manifiestan de manera muy distinta y la condena moral hacia el político se gesta en redes en forma primordial.
Todo lo anterior nos llevará a pensar, tal vez, que lo que se debe es motivar esa nueva forma de expresión, en una multiplicidad de ideas, aceptando críticas, midiendo elogios y haciendo correcciones que vengan a lugar en la administración de nuestro Estado. Vale más sentir el pulso de la opinión en las nuevas formas de expresarse que esperar que la opinión se manifieste vivamente y en las calles, como se solía hacer antes. Las ideas valen por sí solas y hoy tenemos la ventaja de hacer honor al sentimiento ciudadano que busca medios de expresión que son distintos y que son innovadores.
Abogado
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