Suben a 530 los muertos en el terremoto de Irán; se quejan de lentitud en la ayuda
La cifra de víctimas se ha ido incrementando con el paso de las horas y con el avance de las tareas de retirada de escombros de las viviendas destruidas.
- Teherán /EFE
- - Actualizado: 14/11/2017 - 09:43 am
El terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter que se registró el pasado domingo en el oeste de Irán, ha aumentado el número de muertos a 530 y 7, 800 resultaron heridas, revelan las últimas cifras oficiales difundidas en el día de hoy.
Estos nuevos datos suponen un aumento considerable en el número de víctimas mortales causadas por el sismo en la provincia de Kermanshah, fronteriza con Irak, cuyo balance ayer era de 430.
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La cifra de víctimas se ha ido incrementando con el paso de las horas y con el avance de las tareas de retirada de escombros de las cerca de 30,000 viviendas destruidas.
El gobierno iraní decretó el día de hoy de luto nacional para honrar a las víctimas del sismo, el más grave registrado en Irán desde 2003, cuando perdieron la vida 31,000 personas.
Las autoridades han movilizado a todos los cuerpos de seguridad, incluidos el Ejército y los Guardianes de la Revolución, para acelerar las tareas de rescate y ayudar en la entrega de ayuda.
Los damnificados por el terremoto que ha sacudido Irán están desesperados al ver sus viviendas en ruinas y, con ellas, sus recuerdos y su futuro, así como por la lentitud en la llegada de la ayuda prometida por las autoridades.
"Mi casa ha quedado destruida y no puedo entrar en ella. No he podido sacar ni una manta", se lamenta a Efe Mehraban, una madre de dos hijos frente a los escombros de un edificio en la localidad de Sarpul Zahab, en el oeste iraní.
Sus hijos le dicen, entre lágrimas, "Mamá, yo había preparado mis cosas para ir hoy a la escuela, ¿cómo voy a ir ahora a la escuela?", cuenta apesadumbrada.
"Ahora todo está enterrado en la tierra, todo se ha perdido y sus objetos no están", explica esta vecina de la población más afectada por el sismo de 7,3 grados en la escala de Richter del pasado domingo, que ha causado 530 muertos y 7,800 heridos.
Algunos tuvieron más suerte y pudieron acercarse a sus hogares en ruinas para sacar algunas de sus pertenencias, que trasladaron luego en camionetas a los campamentos en los que se han instalado.
Los que perdieron sus casas no ocultan su enfado por la falta de ayudas, aunque el gobierno ha asegurado que ya ha repartido decenas de miles de tiendas de campaña y mantas, toneladas de arroz y latas de conservas.
"Ni siquiera nos dan de comer y nuestros hijos se quejan y gritan de hambre", cuenta Mehraban.
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