Análisis
Fragmentos de nuestra historia
La ciudad de Panamá la funda Pedrarias Dávila el 15 de agosto de 1519 siendo la primera ciudad española emplazada en el área del Pacífico, y la más Antigua de Tierra Firme fue llamada Castilla de Oro, que reemplazó a Santa María y Acla. Provenimos de la fusión racial mezcla de negros traídos de Senegal y del Congo, blancos y criollos, indios y negros, también indios y blancos llamados mestizos. En este periodo fueron fundados en el interior Natá, Chepo y Santiago.
- Fermín Agudo A.
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- - Publicado: 22/10/2017 - 12:00 am
El tiempo no lo debemos dedicar a malgastarlo inútilmente describiendo los misterios, sino localizando maravillas que se alojan en silencio escudando los entornos brindados como muestra atesorando los caudales beneficiosos acumulados por la historia, intentando ensalzar los fundamentos entrañables o bien tratando las centurias que a través de las investigaciones ejecutadas hemos logrado descubrir, en unión de los buenos aportes heredados por las descendencias pasadas evidenciando las proveedoras cosechas con los distinguidos efectos que hoy nos rigen, como consecuencia claras de los legados bondadosos obsequiados para hoy o para el mañana, enalteciendo las abundancias de excelencias colmadas de metodologías ideológicas desprendidas. He de entrar atestiguar lo curioso de los hechos en ofrecimientos refinados para las generaciones del mañana, inamovibles centinelas prestos a cuidar los tesoros inmortales que es lo que más prima para hoy y el futuro. Los grupos humanos establecidos en el Istmo estaban integrados por villorrios de decenas reducidas de habitantes descubiertas y colonizadas por Vasco Núñez de Balboa, Pedro Arias Dávila, Gaspar De Espinoza y Diego Albites, personajes que cumplían las afanosas funciones de enlaces comunicativos trasladando las riquezas extraídas en las otras áreas del continente a través del territorio istmeño con destino hacia la Madre Patria España; Panamá, Portobelo, Acla y Santa María la Antigua de Darién cumplieron solemnemente complaciendo el sagrado rol. Ya algunos de ellos sufriendo lentamente el castigo impuesto por los años fueron cayendo poco a poco en la desaparición, ocultándose lentamente frente al paso cuidadoso del tiempo, víctima del dolor que no atiende súplicas ni excusas baladíes. Panamá fue descubierta por Rodrigo de Bastidas en el año de 1501 y en el cuarto y último viaje de Cristóbal Colón desanda la costa norte y en el sorprendente recorrido funda Porto bello, llegando hasta San Blas, luego fundando Portobelo. La ciudad de Panamá la funda Pedrarias Dávila el 15 de agosto de 1519 siendo la primera ciudad española emplazada en el área del Pacífico, y la más Antigua de Tierra Firme fue llamada Castilla de Oro, que reemplazó a Santa María y Acla. Provenimos de la fusión racial mezcla de negros traídos de Senegal y del Congo, blancos y criollos, indios y negros, también indios y blancos llamados mestizos. En este periodo fueron fundados en el interior Natá, Chepo y Santiago. Más tarde nos separamos de España el 28 de noviembre de 1821, acompañados de los gritos separatistas decididos de Rufina Alfaro y Segundo Villa Real, liderados a la sazón por el gobierno del General José de Fábrega, oriundo de Veraguas, quien propició su anuencia. Bolívar intervino aportando su consejo anfictiónico en 1826 que no prosperó. Más tarde, nos unimos a Colombia nuestra hermana fraternal oriental, manteniendo una serie de tentativas secesionistas tras el surgimiento de las desagradables afectaciones sociales y políticas en desarrollo. En este periodo aparecen personajes de ilustre prosapia, uno de ellos, Justo Arosemena, intelectual cimero panameño, quien motivó la creación del Estado Federal del Istmo y no fue sino hasta el 3 de noviembre de 1903 cuando los amagos se transformaron en fuerzas virtuales relevantes, servidoras de la separación verdaderas, uniéndose al concierto de las naciones libres del mundo, el destino está echado, iluminando los territorios del naciente país y entrado en el día llegan por ferrocarril desde Colón los generales Juan B. Tobar y Ramón G. Amaya, que traído a la capital tratan de interceder en lo ya logrado y fueron puestos prisioneros en la capital.
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