Quinta papeleta para Constituyente, ¿el poder en manos del pueblo?
Experto asegura que "el poder emana del pueblo, no de quien está administrando el gobierno; aquí es el pueblo el que puede retirar al gobernante, cambiar las leyes, reestructurar la Constitución...".
- Jason Morales
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- - Actualizado: 14/11/2017 - 03:01 pm
"El poder público solo emana del pueblo", así lo refiere el artículo dos de la Constitución Política de Panamá, y el primer requisito para convocar a una Constituyente, coinciden varios expertos.
Ello cuando juristas y activistas sociales han reclamado que la propuesta de colocar en una quinta papeleta en las elecciones generales de 2019, para la votación del pueblo a llamar o no a un proceso constituyente, genera muchas dudas.
Figuras como el abogado constitucionalista Miguel Antonio Bernal sostiene que, con base de este artículo dos, se necesita un Decreto del Órgano Ejecutivo o una ley de la Asamblea Nacional para hacer la convocatoria de modificación a la Carta Magna.
Aclara que "una Constituyente no es una elección o un proceso electoral, es una cuestión muy distinta y está por encima de otros procesos que jamás debe ser manejada por el Tribunal Electoral".
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Ello, porque como precedente ya en 1945 Ricardo Adolfo De la Guardia eliminó la Constitución de 1941 y dijo que sobre su cadáver habría una Constituyente, pero la población pidió reiterativamente este proceso y "no le quedó otra que convocarla", produciendo así la mejor Constitución creada en Panamá hasta ahora, considerada como una de las mejores de Latinoamérica, pero que pasó a la historia en el golpe del 68.
"¿Qué nos garantiza a nosotros que si gana un representante de los partidos políticos va a llamar a una Constituyente, si ya vimos lo que hizo el presidente Juan Carlos Varela: engañar a media humanidad con el tema?", reflexionó Bernal.
Sostuvo que la ciudadanía lo que debe hacer es pedir la Constituyente, a través de asociaciones, gremios, movimientos y otros, pero por ahora no están haciendo absolutamente nada para cumplir con el compromiso ciudadano.
"Somos muy pocos los que hemos insistido con la Constituyente durante las últimas cuatro décadas; ahora algunos por intereses político-partidistas y personales hablan del tema y otros la deforman para que no la hagan", señaló.
Destacó que existen versiones de llamar a una Constituyente Paralela, la cual no existe, y se defiende el Artículo 314 que es totalmente anticonvencional, y se ha sacado de la manga para que no haya más Constituyente.
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"La Paralela es un invento del pacto Mami; en ese año -2004- se recogieron más de 200 mil firmas y todos los candidatos se comprometieron en apoyar la papeleta que preguntara sí o no, pero vino el Tribunal Electoral y dijo que no había papel", sentenció.
Por su parte, el arquitecto y empresario Diego Morales, opina que se necesita una revolución constitucional que transforme la estructura jurídica, administrativa y económica del Estado panameño.
Morales ha visto como principal inconveniente "el factor de la manifestación de fuerza popular del pueblo, porque no se han creado las condiciones de grupos sociales para unificar criterios y salir como dicen las normas internacionales, juntos, a decir necesitamos una nueva Constitución y presentárselo a quienes están administrando al Estado".
Lamentó que este Gobierno está reído de la vida, porque sabe que el desorden o desequilibrio entre los principales grupos ha permitido que no haya una organización social. "El pueblo cada uno está por su lado; no hay nadie ahora mismo que pueda hacer un liderazgo para solicitar una Constituyente", agregó.
"El poder emana del pueblo, no de quien está administrando el gobierno; aquí es el pueblo el que puede retirar al gobernante, cambiar las leyes, reestructurar la Constitución, y un cambio radical y no las leyes que están constituidas actualmente", instruyó el experto.
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El empresario hizo énfasis en que se debe tener claro lo que permite la ley, pues históricamente con lo que contamos es con una normativa del 2004, donde se regula la manera en que se puede reformar parcial o totalmente la Constitución.
Advierte que existe una limitante jurídica que permite al pueblo poder convocar una Asamblea paralela que, de llevarse a cabo, es muy poco puede resolver.
"Esa Asamblea paralela lo único que le permitiría al grupo ciudadano es hacer reformas sin alterar el orden jurídico y administrativo del Estado; lo que necesitamos es poder inhabilitar a quienes hasta el día de hoy han ejercido las funciones públicas con nefastas consecuencias", ripostó.
Evaluó que en este caso la Constitución no contempla la forma originaria, pero ese debe ser el norte, "llevar a la Presidencia a un grupo que permita al pueblo entender que se debe establecer un orden público nuevo".
Por su parte, la economista Maribel Gordón señaló que no es viable la colocación de una quinta papeleta, pues a su juicio, la única forma de llevar este proceso transparentemente es con una Constituyente autoconvocada, y donde el pueblo establezca las normas del juego.
"Nos parece que estos llamados responden a intereses creados precisamente de algunos sectores que usando la buena fe de otros, buscan confundir, porque no puede ser la institucionalidad corrupta la que determine el proceso de cambio de las estructuras, sino de los sectores mayoritarios que no están inmersos en corrupción y buscar refundar el Estado", aclaró Gordón.
Concluyó que el pueblo ha mostrado que no tiene credibilidad en las organizaciones que tratan de disfrazar la necesidad real de una transformación profunda y solucionar la crisis institucional que debe emanar del grupo de constitucionales que se autoconvoque.
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