El banquete que revivió la época de segregación en el Canal
Según cifras oficiales, se gastaron 4 millones de dólares en la organización de los actos de inauguración de las dos nuevas esclusas.
- José Chacón
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- - Actualizado: 30/6/2016 - 06:51 am
Una práctica segregacionista, que implementaron los norteamericanos en la antigua Zona del Canal, denominada "Gold Roll y Silver Roll", revivió el día de la inauguración de las nuevas esclusas.
Aunque el hecho pasó desapercibido, varios días después, ha salido a flote un mar de críticas, tras el tránsito del Cosco Shipping Panama.
Irónicamente, el menú de aquella fiesta, que fue elaborado en memoria de los centenares de afrodescendientes que dieron su vida en la construcción de la primera vía acuática (1904-1914), solo se sirvió en los platos de los invitados VIP.
De los 4 millones de dólares que se utilizaron para la organización, el día de la apertura de las dos nuevas esclusas, 352 mil se destinaron a la ambrosía, el néctar que solo comían los dioses de la mitología griega.
Sin embargo, no todos tuvieron el placer de degustar lo que por ejemplo, crujió entre los dientes y el paladar del Rey Juan Carlos I de España, tocayo del excelentísimo mandatario panameño Juan Carlos Varela.
Por si no lo viste
Fue una cena exclusiva, por no decir faraónica, para comensales de 62 delegaciones, en la que habían 11 jefes de Estado.
El banquete fue preparado por la famosa chef local Cuquita Arias de Calvo, que contó con el apoyo de 135 cocineros y camareros.
Las 300 personas que estaban dentro de una inmensa carpa refrigerada, comenzaron el viaje gastronómico con un mousse de mango, que fue servido a las 6:30 de la tarde.
Acto seguido, se colocó sobre las mesas una receta elaborada con colas de langostino en salsa San Blas y un puré de pixbae.
El plato fuerte, el ágape de la noche, llevaba un trozo de corvina y de langosta fresca, acompañadas con bearnesa de aguacate (crema), tajaditas de plátano, atún, arroz con coco cremoso y finos pétalos de flores boqueteñas (ver ilustración).
Cabe mencionar, que sólo para el plato principal, se requirieron 400 peces y 300 langostas.
La velada acabó cuando se sirvieron pedazos de chocolate bocatoreño, merengue gratinado, flan a la geisha, trufas (tuberculo) y granos de café.
Todo este convite no habría sido cuestionado, por el hecho de que los panameños comunes, que no estaban invitados a la cena de gala, se conformaron con un muffin, un hot dog y papas fritas, envueltas en una bolsa plástica.
Adicional al gran festín, el Estado pagó a la empresa Sal y Pimienta Arrocería, la suma de 100 mil dólares por 20,000 hot dogs y 40,000 bolsitas de papas fritas. También se conoció que la carpa usada en la cena de gala, tuvo un costo de 73 mil 800 dólares.
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