Segunda parte
Sobre la extradición de Ricardo Martinelli
... el acoso contra Ricardo Martinelli está mejor tipificado como un torneo de caza que como un acto de justicia..., justicia de qué y por qué, preguntaba la gente.
- Eduardo Arquel Martinez Diez [email protected]
- - Publicado: 15/2/2018 - 12:00 am
En el artículo anterior planteábamos la existencia de un código no escrito, que le permite al presidente nombrar a los magistrados para gozar de un escudo de protección mientras ejerce la presidencia y, principalmente, fuera de ella, como los escenarios que aprovecha el oso norteño para meter su mano.
Contra estas luchas triviales los órganos del Estado se vuelven elitistas y la democracia evoluciona hacia la dictadura de los partidos, como sucede con alguno de nuestros países vecinos donde la reelección resulta indefinida con el único propósito de no perder el poder. Igual nosotros que tenemos insertados en nuestra Carta Magna los códigos que en su momento dado deben activarse para proteger los intereses de los tres órganos del Estado y la del Tribunal Electoral, por eso creemos que, debido a la presión política del gobierno de turno sobre los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia por encarcelar al expresidente Ricardo Martinelli, se elaboró la estrategia de no hacerle imputación al turista de Miami, para que el juez Torres rechazara la solicitud por insolvencia legal una vez esta llegara a sus manos.
¡ Sorpresa !
La concepción jurídica del juez Torres tiró por tierra la supuesta estrategia, para algunos actuó más como fiscal que como juez, a nadie le gustó la justificación de la corrupción generalizada de la justicia cuando dijo, palabras más palabras menos, de que en todas las partes del mundo se dice que la justicia es corrupta inclusive, se dice que dentro de los mismos tribunales de justicia del hermano país norteño en ese sentido consideramos válida la opinión pública de que si esa tesis fuera cierta, como en efecto lo es, los Estados Unidos de Norteamérica no tienen por qué sumar a sus males los males de sus vecinos.
Para muchos, el acoso contra Ricardo Martinelli está mejor tipificado como un torneo de caza que como un acto de justicia..., justicia de qué y por qué, preguntaba la gente. El juez pidió el perfil de Martinelli, preguntaban, el juez preguntó: quiénes son sus demandantes… y lo que persiguen. No sé, me sentí obligado a decirles y terminé con el sondeo de opinión en el que preguntaba ¿qué opina sobre la solicitud de extradición del expresidente Ricardo Martinelli hecha por el Gobierno de Panamá al Gobierno de los Estados Unidos de Norte América?
Claro está que en el tapete quedaron muchas interrogantes y muchas incógnitas por resolver como: ¿por qué el juez Torres no paró de una vez por todas el juego político del caso Martinelli, cuando la defensa le señalaba que el fantasma de Salem no tenía ninguna imputación? ¿Por qué actuó con tanta severidad al negarle fianza de excarcelación, a pesar de que los abogados le decían que no importaba la cantidad de dinero. Solo optó por entregarle la llave de la jaula para que él mismo se entregara a los leones, pero se quedaron con las ganas. Y así como se invocó el Tratado de Budapest sobre crímenes cibernéticos para doblegarlo, tal vez violando nuestra soberanía jurídica si la misma no está regulada en nuestro suelo, dicen algunos legalistas, podría darse la posibilidad de que ese mismo tratado se invoque un día para tumbar a un gobierno o como en el caso Faúndes, para fabricar leyes con nombre propio.
En ese sentido, las leyes están dejando de ser instrumento de justicia y los grandes tribunales trabajan como si fueran corregidurías, dicen. Y si la democracia es un mito, ¡Dios salve al mundo!
Periodista
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