Reflexiones
Esencia navideña en peligro de extinción
La Navidad es mucho más que adornos, comida, fuegos artificiales, regalos. La Navidad es una de las grandes muestras de amor que nuestro Dios tuvo para con nosotros. Debemos celebrar la vida, porque a este mundo llegó El Salvador y Él es la vida.
- Kathleen Muñoz [email protected]
- - Publicado: 24/12/2017 - 12:00 am
Desde que se inicia un nuevo año, nos invaden los anuncios de bancos, animándonos a que corramos a realizar la apertura de cuentas de ahorros navideñas; endulzándonos con sus promociones, lo cual, viéndolo desde el punto de vista administrativo, no está mal, ya que estaremos programando los gastos para las fiestas de fin de año.
Al acercarse los últimos tres meses del año, nos vemos nuevamente llenos de anuncios en todos los medios de comunicación que existen en nuestro país, anunciándonos que se acercan las fiestas de fin de año. Se encuentran listos los catálogos de juguetes y grandes promociones, en todas las grandes cadenas de almacenes.
Comienzan nuestros hijos a preguntarnos: “mamá, papá, ¿qué me vas a regalar para Navidad?, quiero ropa, zapatillas”… y empiezan nuestras cabezas a dar vueltas y vueltas. Sacamos cuentas de lo que tenemos ahorrado, cuánto será el pago del décimo y así tener una idea de lo que podemos gastar en el mes de diciembre.
Me pregunto yo: ¿Esta es la verdadera esencia de las fiestas de fin de año?
La respuesta es No. El mes de diciembre representa grandes cosas, grandes momentos de los cuales hoy día nosotros, como padres, no se lo estamos transmitiendo a nuestros hijos. Al acercarse la Navidad y el fin de año, ya estamos sumergidos en el estrés de los regalos, de la pintura de la casa, de los adornos, de la fiesta de la empresa, de la comida; y si vemos todos estos conceptos están totalmente enfocados en lo material. Esto es lo que les estamos transmitiendo a nuestros hijos. Señores, ¿dónde quedan los valores?, ¿dónde queda el que ellos conozcan qué es lo que verdaderamente estamos festejando?
La Navidad es mucho más que adornos, comida, fuegos artificiales, regalos. La Navidad es una de las grandes muestras de amor que nuestro Dios tuvo para con nosotros. Debemos celebrar la vida, porque a este mundo llegó El Salvador y Él es la vida. Dios, demostrando su infinita misericordia para con nosotros, nos envió a su único hijo, por medio de María y José, que demostrando fe, amor y respeto por Dios, aceptaron con humildad la voluntad divina en traer al mundo a este niño; niño que se convertiría en el Salvador de la Humanidad.
El fin de año, nos indica el final de un ciclo, final de una etapa. En donde nosotros debemos hacer un recuento de todas las cosas ocurridas durante ese periodo. Poner en la balanza y medir qué cosas fueron positivas y cuáles negativas, qué actitudes tomamos, qué aptitudes ganamos y cuáles de ellas debemos conservar. Y para el año que está por llegar, establecernos metas, objetivos, planificar juntos hacia dónde queremos llevar nuestro “barco” llamado familia, que con muchos esfuerzos estamos dirigiendo.
Esto es lo que realmente debemos enseñarles a nuestros hijos, los grandes valores, lo que verdaderamente importa de estas fiestas; y así, cuando les toque a ellos dirigir sus propias familias, no se vean consumidos por esta gran sociedad materialista que no ve lo que realmente es relevante. Es mi deseo que, juntos, logremos mantener por generaciones ¡La verdadera esencia de las fiestas de fin de año!
Estudiante de la Universidad Interamericana de Panamá.
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